La autoestima en las personas, y en especial en los adolescentes, es algo determinante para el desarrollo físico y mental. Los jóvenes, cuando llegan a la adolescencia, se vuelven más sensibles, frágiles e inseguros, de ahí que sea muy importante vigilar su autoestima. Esta vendrá determinada por las relaciones que guarde con su familia, con sus amistades o en el colegio.
Cuando el adolescente se encuentre en un ambiente en el que no se sienta querido y aceptado, se encontrará cohibido en su desarrollo físico y mental y su sentimiento de seguridad se verá afectado. Es aquí donde los padres juegan un papel fundamental colaborando para que su hijo adolescente tenga confianza en sí y amor propio y les inculquen la fortaleza que necesitan para que superen sus debilidades.
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